lunes, 30 de abril de 2012

La capacitación del personal.


Cuando hablamos del aprendizaje y la capacitación, estamos hablando del proceso que aporta los conocimientos adecuados y prepara a un empleado para el desarrollo de sus funciones en una determinada labor.

En la empresa familiar se puede dar la situación de "Cada uno hace su trabajo de la manera que lo entiende", siendo todo un desastre tanto organizativo como para la búsqueda de un fin como empresa. La falta de uniformidad y de procesos hace que la empresa quede expuesta a la habilidad de cada uno de los integrantes a la hora de interpretar y entender el trabajo en sí mismo. Es por ello que en muchas ocasiones la empresa familiar depende de una persona única, sin la que la empresa no funciona de igual modo.

Si buscamos una explicación al por qué no se transmite a los empleados aquello que queremos de ellos en el trabajo y por qué no somos capaces de hacer que aprendan la manera en la que deseamos que funcione nuestro negocio, entenderemos rápidamente que en la mayoría de los casos es falta de comunicación o claridad en la misma. 

La expresión "Ya se lo he dicho un montón de veces pero no me hacen caso" es todo un ejemplo de la mala comunicación y falta de compromiso con la capacitación del personal de nuestra empresa,  con nuestro proyecto y con nuestra filosofía de trabajo.
 
Los principales supuestos en los que ocurre este tipo de problema son:

-          La comunicación no es clara o no se entiende correctamente.
-          No dedicamos el tiempo suficiente a enseñar y capacitar al personal.
-          No sabemos como enseñar o transmitir el conocimiento, no tenemos la paciencia necesaria.
-          No creemos que haya necesidad de transmitir el conocimiento y creemos que los empleados deben llegar con el conocimiento necesario para el desarrollo de su trabajo.

Es cierto que cuando contratamos a un empleado debe tener el conocimiento necesario para el desarrollo de sus funciones en la empresa, pero también es importante transmitir al empleado la identidad de la empresa, aquello que la hace distinta al resto, la esencia de su filosofía. Ahí es donde esta la diferencia entre un mismo trabajo en dos empresas distintas y eso debe ser enseñado hasta que el empleado entienda y acepte el compromiso de la empresa con su identidad.

Es muy típico el error de creer que los empleados que contratamos deben estar preparados para la realización del trabajo, sin que nosotros tengamos que decirles o intervenir en sus labores diarias. El empleado debe adaptarse a la filosofía de la empresa y este proceso es necesario para que la empresa mantenga su personalidad. El empresario tiene la obligación de compartir y enseñar aquellos conocimientos y prácticas que hacen de su empresa algo distinto a las demás y conseguir que todos los empleados entiendan esta filosofía. 



Nadie conoce mejor la empresa que el mismo empresario, cada problema, los procesos, la forma de trabajar, la filosofía. Debemos compartir todos estos secretos con los empleados para que entiendan lo que queremos de la empresa y de su funcionamiento y debemos crear un proceso de enseñanza constante y de recordatorio, para que queden grabadas aquellas cosas que hacen de nuestra empresa lo que es. 

Es fácil comprobar como muchos empresarios dedican básicamente el primer día, cuando se contrata a la persona, a explicar por encima aquellas cosas específicas del trabajo, despreocupándose posteriormente en este sentido o quejándose a posteriori  de lo mal que esta persona trabaja . Recordemos que el empresario tiene la obligación y el deber de enseñar y capacitar a sus empleados en las labores que van a desarrollar, para que estos puedan entender aquello que la empresa necesita.  


 La enseñanza no se realiza durante unas horas y luego se olvida, es algo constante y continuo durante toda la existencia de la empresa.


CONSEJOS


-          Durante las reuniones o en momentos de charla con los empleados, repite frases cortas que recuerden el objetivo de nuestro trabajo y aquello que buscamos como empresa.
-          Establece momentos de enseñanza durante el día, transmitiendo buenas prácticas, errores que debemos evitar y experiencias que ayuden a la mejor comprensión de aquello que se busca
-          Recuerda que la persona, aunque tenga unos conocimientos o experiencias anteriores, no conoce la forma de trabajar de tu empresa ni la filosofía de la misma. Si no explicamos y hacemos ver adecuadamente que queremos de su trabajo no tendremos el resultado adecuado. 
-          Nunca debemos caer en la tentación de decir "No encuentro a nadie preparado", ya que estamos afirmando la incapacidad, por nuestra parte,  para elegir y capacitar a las personas.
-        Si encuentras que alguien no quiere aprender no pierdas el tiempo y busca a otra persona.



 “Todos los profesionales deben enseñar en algún momento de su carrera, ya que están obligados a transmitir lo que han aprendido.. Will Eisner



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